Hoy esta tienda online que vende sacos térmicos personalizados para silla de ruedas quiere poner un tema candente que nos concierne sobre la mesa. De lo que hoy venimos a hablar es del hecho de que en los últimos años la incorporación de personas con algún tipo de discapacidad ha incrementado mucho en cine y televisión.
El problema es que, al igual que pasa con otras minorías, el tema se lleva a la pantalla pero es encarnado por un actor que no tiene discapacidad. Por supuesto un actor debe interpretar papeles que no ha vivido por sí, como Jared Leto llevándose un merecidísimo Oscar por su interpretación de una mujer trans, pero no debemos olvidar que la lista de mujeres trans actrices es bastante larga en la cola del paro. Lo mismo pasa con las personas con discapacidad.
Desde hace años en la gran pantalla se libra una lucha, se actúa. No se habla de la lucha de la mujer o de la lucha racial, se pone directamente a una mujer como jefa y la variedad de etnias y razas está cada vez más presente estableciéndose ya como algo totalmente necesario que pretende normalizar en el cine algo que en la vida es normal. Ya no queremos personas binarias blancas y estilizadas como los únicos que representen esa vida que todos nosotros, la audiencia, vivimos.
Imagen del cast principal de la serie de drama de la BBC, «Life» (2020)
A día de hoy ya no solo se cuestiona el papel de la mujer o de las personas no “caucásicas”, hoy estamos presenciando como poco a poco la discapacidad física y mental va abriéndose hueco en la industria, no ya para explicar cómo es que se vive o se lidia con una discapacidad, si no como algo normal. Es decir, personas con movilidad reducida siendo protagonistas de grandes romances junto a otra persona con plena movilidad. Historias de instituto, thrillers, caracterizando a la persona con discapacidad como a otra que aparentemente no la luzca. Personas en silla de ruedas siendo buenas, siendo viles y malvadas, siendo atractivas, siendo despreciables, siendo víctimas, siendo jefes. No personas con discapacidad, si no simplemente personas.
El cine no es periodismo pero sí precisa una alta dosis de realismo incluso en sus escenas más ficticias. Podemos ver escenas completamente inverosímiles pero no podemos aceptar escenas que nos traicionen, que nos releguen. Cuando la discapacidad es parte de una historia, es decir parte de la vida de un personaje que es trascendental para el film a mostrar, la gran mayoría de veces el contenido relega a estas personas como víctimas, como alguien a quien debemos compadecer, en vez de mostrarlos como personas, miembros de una sociedad que negando en el cine su papel real en dicha sociedad solo nos traiciona.
Imagen de la película «The Intounchables» (2011)
Según la OMS, alrededor de 1.000 millones de personas, es decir, un 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad. La pregunta es, ¿por qué esto no se plasma en las pantallas?
El estándar hasta ahora transmitido por la industria audiovisual como deseable se va poco a poco diluyendo y con esperanza vamos dando paso a una realidad tan normal como humana en la bendita ficción.
Desde aquí, nuestro blog, no vamos a negar que vendemos un producto, de hecho podría y voy a tratar de mostrarte los nuevos sacos polares aterciopelados para esta temporada tan fría, pero no queremos que olvides que lo compres o no el mensaje que queremos lanzar a nuestra comunidad , -de la que formas parte-, es el mismo.