La tercera edad, es un periodo de la vida, resultado del proceso natural de envejecimiento, caracterizado por el conjunto de cambios en la estructura y función de los órganos y tejidos corporales que se ha ido produciendo a lo largo del tiempo.
En esta etapa el organismo presenta una serie de modificaciones como la pérdida de masa muscular, la disminución de la densidad ósea, y la reducción de la movilidad de las articulaciones, que originan movimientos más lentos y torpes, por ello la dieta debe ser equilibrada y acorde a la actividad física y gasto energético de cada persona.
Las grasas deben constituir aproximadamente un 25% del aporte nutricional total. Aunque no se debe abusar de los alimentos grasos, debido a las consecuencias negativas que tienen sobre el corazón, tampoco es conveniente eliminar totalmente la grasa de la dieta de los ancianos. Sí es importante el tipo de grasa, y hay que procurar que alrededor del 15% de la que se consuma sea monoinsaturada, que está presente, por ejemplo, en el aceite de oliva.
Las proteínas deben constituir un 20% de la dieta. Es conveniente no abusar de la carne, y consumir más pescado con verduras y hortalizas. La carencia de proteínas puede originar trastornos en la piel y fatiga.
Es fundamental el consumo de lácteos como yogures o leche, ya que representan una fuente imprescindible de calcio y previenen enfermedades como la osteoporosis.
Se recomienda que los hidratos de carbono sean un 55% del aporte nutricional total y se encuentran en alimentos como los cereales, las frutas, la pasta y las legumbres. Estos alimentos, además, contienen bastante cantidad de fibra.
Es aconsejable el consumo de alimentos ricos en vitaminas A, B, C y D, porque es más efectivo que administrar suplementos en la dieta.
Además, los ancianos suelen cometer algunos errores en lo que a cuanto nutrición se refiere, como dejar de cocinar y caer en el consumo excesivo de alimentos precocinados o eliminar de su dieta alimentos como la carne o el pescado por problemas al masticarlos. Para facilitar su ingestión, se puede picar la carne para elaborar albóndigas o hamburguesas y elegir pescados con espinas fáciles de localizar y eliminar, e incluir ambos alimentos en purés.
Ejercicio físico
El ejercicio físico también es fundamental en esta etapa de la vida. Tener un día activo y realizar 30 minutos diarios de actividad física es fundamental. Por ejemplo salir a caminar, nadar o algún deporte que sea de intensidad moderada y siempre que agrade a la persona. Cualquier ejercicio es mejor que nada, eso está claro, aunque se realice por periodos de 10 a 15 minutos.
Si existe alguna limitación física es importante consultar a un profesional de la salud para realizar los ejercicios apropiados a la condición de cada uno.